"Y ensima llevo gallumbos de mickey mouse, como molo"
Esta película ya tuvo una versión anterior llamada “ Paquito Chocolatero Wonka y la Fábrica de Chocolate”, y cosechó muchos premios imaginarios. Pero centrémonos en el film.
Melendi Wonka decide inventarse un sorteo: los 5 nenes que encuentren una rasta en una chocolatina podrán visitar su fábrica de chocolate, la más grande de Soria.
Se arma un gran revuelo, y los principales narcos y capos de las drogas “totales” empiezan a blanquear dinero adquiriendo grandes cantidades de barritas de chocolate, y de paso que sus pupilos ganen el sorteo para aprender de Melendi.
A las pocas semanas, las plazas ya están ocupadas. Los visitantes son:
-Oswaldo Reinaldo Fardo Gerardo, hijo de un traficante colombiano, coleccina pokémons.
-Marizza Fetuccini, hija de un capo de la bella Sicília, le gusta cocinar pasta y dar patadas en los huevos.
-Fran O Refrán, gallego huérfano que es el terror de los niños. Mató de sobredosis al hámster de la escuela.
-Susan O, hija de unos hippies que se forraron vendiendo Maria. Una chica que se hace chuletas en papel de fumar.
-Maikol, fan de Michael Jackson y aficionado a llevar pañuelos en la cabeza. Nada, el pobre pasaba por ahí.
Melendi los recibe a ritmo de rumba. Todos se ponen a tocar las palmas, menos Maikol, que camina de espaldas y se toca sus partes nobles. Melendi les va explicando las maravillas de su fábrica. En el bosque de Maria (como las galletas) Todos los niños flipan en colores. Sobre todo cuando aparecen los Palmas-Lompa, quillos de 15 centímetros con pantalones de chándal y pelo teñido de rubio.
Todo en la fábrica es fantasía. Los niños alucinan. Todos menos Makol, que en un ataque de ira de Melendi, le da un guitarrazo por no para de hacer “uhhh, yeahhh” como Michael Jackson.
A medida que avanza la visita, Melendi va poniéndose más ciego. Tanto, que se queda dormido. Los niños, enfadados, empiezan a chafar a los Palmas-Lompa, cogen toda la drogaína, dejando a Melendi en paños menores.
Así, a grandes rasgos, es la película. ¿ Moraleja? Anunciando “Este es el chocolate que más me pone” no esperes tener credibilidad. Pero si dinero, que lo suyo le habrán pagado.