¡Mami!¡Soy adulto!

Naces, creces, te reproduces, mueres y enriqueces. La vida es así, llena de luz y de color. Detengámonos en la segunda ¿fase?. Crecer. Todos, irremediablemente, lo hacemos. Aún no se ha podido clonar a Peter Pan. Nunca he entendido a los jóvenes que quieren ser adultos. Pero bueno ¿ En qué he notado que estoy creciendo? Sobre todo, en el aspecto fisiológico.

-La caquita. no sé porque, pero antes mi caquita olía a jazmín. Olía bien. Debe de ser porque cuando somos pequeños, nuestro ano es feliz. La cuestión es que ahora soy una revolución de olores cuando voy a defecar. Y quién esté libre de pecado, que se tire el primer cuesco.

-Ardores. De joven oía decir a los adultos esta palabra. Ahora ya tengo el carné de socio del club de los Ardores. ¿ Pero cómo puedo tenerlos? Si de niño comía de todo, Plastilina incluída. Imagino que deben ser las cañerías que se van oxidando. porsuerte, siempre hay una abuela que aparese entre las sombras y dice aquello de:”tómate leche, tómate lecheeeee”

-Musculman. Antes era un pesesillo del movimiento, era ligero como una pluma. Todo el día estaba corriendo. Ahora, he descubierto que las rampas no son solo para subir. Si es que tengo que moverme a cámara lenta para que no me pille nada. También los calambres. Creo que mis músculos están de huelga desde hace tiempo.

-Aliento. De jóvenes tan solo conocíamos las variantes del olor a chorizo. Ahora es respirar y te queda un aliento que el muy perro no se va. Por suerte, esto no me afecta mucho, pero es que hay gente que...como les des un mechero, paresen la antorcha humana. Entiendo por que la gente come chicles de menta y no solo de fresa, que eran lo que comíamos de pequeños.

Hay muchas cosas más, pero eso ya es otra historia. Un saludo.

P.d.: Se me ha olvidado hablar de las uñas!!!arghh, no me dejó subir imágenes!