jueves, marzo 22, 2012

Tucson, Arizona


Ni más ni menos que siete fragancias. Abrazadas pero no contaminadas, conservando su esencia en un congelador medio abierto. Dentro está oscuro y tres normas hay. Las ignoro, estoy en llamas. Bueno, no son llamas, no noto a mis nervios sollozando. Vaya, ha sido imaginación mía. Empiezo a levitar. Ya no me importan las fragancias. Doy vueltas sobre mi eje, estoy en posición horizontal a escasos centímetros del techo. Ahora será eterno, pues no me quiero caer y lastimar. O eso es lo que me dijo ella

¿Y le creíste?

Tú dirás



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