martes, enero 31, 2017

Ñam Ñam Deluca


Ante la incertidumbre, legumbre.
Ante la duda, "verduda"
Ante el misterio, picnic en el cementerio
Ante la aventura, puré de levadura
Ante la repetición, mojo picón
Ante el final, helado con sal

viernes, enero 27, 2017

Reflexión de mierda IV


El amor (amor)

La muerte (muerte)

La ira (ira)

¿Por qué el amor?

Porque es el motor necesario de mi vida, aunque desconozco su sutileza. Lo anhelo con deseo, pero siempre incompleto. Nunca lo he vivido en su totalidad, pues se esfuma cuando se alcanza la plenitud y huye cuando se besa a la persona amada. Un amor no consumado es su máximo esplendor, el resto no sirve. El no amor no sacia, si de egoísmo se trata.

¿Por qué la muerte?

Porque, tristemente, nos damos cuenta de que estamos vivos cuando muere un ser querido. Es injusto, es triste, pero es así. Cuando perece alguien de nuestro entorno más cercano, ya no podremos revivir con esa persona los momentos que hacen de la vida lo que es, y tomamos conciencia de que la muerte es real y tangible.

¿Por qué la ira?

Porque el amor es inalcanzable y la muerte inevitable. El primero no es posible por su naturaleza y la segunda es ajena a nuestros actos espirituales. La ira surge porque el amor es un deseo que, cuando se cumple, deja de ser deseo y porque la muerte es palpable cuando afecta a terceros, nunca seremos conscientes de nuestra propia muerte. La ira florece por el transcurrir mismo de la vida. La ira es la incomprensión de la vida.

Resumen para vagos: no me entero de nada

jueves, enero 26, 2017

Remedios caseros


A veces, siento que mi cuerpo no me pertenece

Pues córtate un miembro

¡Vaya tontería!

Pues eso

martes, enero 24, 2017

Paridad hormonal (por aquello de que todas las mentes apestan igual)


Lejos de ser duda, cristalizado e inmóvil en el páramo de asfalto, impasible ante la sequedad de un olvido, se despereza lentamente, irguiéndose hasta alcanzar su altura máxima. Otea a su alrededor, mirada color carmesí, en busca de una suave puesta de sol.

Lo primero que ve es un drogadicto místico
Lo segundo que observa es un ostracismo programado
Lo tercero que ve es un espejo gigante que refleja practicamente todo: su mirada color carmesí, un ostracismo programado,el drogadicto místico...

Vuele a agazaparse, lentamente, intuye que se ha equivocado de día. Repasa mentalmente su agenda y recuerda que hoy es ayer con menos sabiduría, hoy es mañana con menos esperanza. Lejos de ser duda, el ego se vuelve a ausentar. Una vez más

Un gusano en un grano de pus


Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado
Guía mecánica para actuar en un día soleado


Capítulo 1


Es necesario tener La Guía mecánica para actuar después de un día normal

Sonreir. Caminar de una manera liviana, flotar con parsimonia. Mirar a ambos lados al cruzar la carretera sin dejar de sonreir. No preguntarse nada, no cuestionarse nada. Obedecer con un punto de alevosía.


jueves, enero 19, 2017

Tecnología interior


Siempre estaba mirando el telefono móvil. Me acercaba a él, le comentaba cualquier cosa y contestaba al cabo de unos segundos. Solía responder con un tibio "perdona" o " espero un segundo". Aunque efímera, era una espera impaciente, parecía eterna. Y siempre lo veía con los ojos en el móvil. A veces nos cruzábamos, no me saludaba pero esbozaba una suave sonrisa sin levantar la vista del teléfono.

Por curiosidad, un día intenté ver que era lo que le atrapaba tanto, si estaba chateando con alguien o si estaba leyendo algo,y cual fue mi sorpresa cuando vi que la pantalla del teléfono móvil estaba en modo espejo. Siempre había sido así. Soledad.


miércoles, enero 18, 2017

Idealista.com


"Sobacos" Reverte desprendía un olor fatalítico. Era acercarse a él y el ambiente olía a demasiada humanidad. Y aunque más de un@ se lo había insinuado, no parecía importarle lo más mínimo. Un día, probablemente un miércoles, que era el día de la semana que me daba por socializar, "Sobacos" Reverte y yo estábamos hablando de zombies. Cuando le pregunté, medio en broma, si los zombies tomarían té, me dijo que en su casa tenía un libro acerca de este tema.

Sin saber cómo, ambos nos dirijiamos a su casa. ¿Cómo debía oler la casa de "Sobacos"? pensaba yo. ¿Será gay? pensaba yo. ¿Cómo lo había hecho para convencerme de ir a su piso a por un libro qué no me interesaba demasiado?. Llegamos a un bloque de apartamentos no demasiado alto pero abarrotado de pisos pequeños, como las tumbas de un cementerio que no están en el suelo, yo siempre detrás de "Sobacos", a una distancia prudencial. Subimos unas escaleras descoloridas y nos paramos en un cuarto piso. "Aquí es", dijo. Al abrir la puerta de su pequeña residencia me quedé boquiabierto. El interior era espectacular. Era un llano luminoso con un césped de color verde plástico asombroso, a lo lejos se divisaba un bosque de fábula y, en dirección contraria, un suave río cuyo caudal emitía un ruido parecido a un mantra.

Yo estaba anonadado. ¿Era posible? Desde fuera, parecía un apartamento gris y feo, pero dentro había vida, había un paisaje natural que parecía pintado, de varios kilómetros. Era físicamente imposible. Tenía mil preguntas que hacer al bueno de "Sobacos". Cuando me giré para interrogarle Reverte me dijo: Toma éste es el libro, ya me lo devolverás. Y me echó amablemente de su casa.

Ya en la calle, lo segundo que me vino a la cabeza era cómo volver a mi hogar.





martes, enero 17, 2017

Compromiso cero


Siempre será difícil, dijo. Cómo no va a serlo si somos multitud individualmente, si somos ruido lleno de ruido que resuena en todos los recovecos posibles, dijo.

¿Y por qué seguir?, le pregunté.

¿Acaso alguien conoce el no seguir? dijo. Seguro que sí, pero no está vivo para contarlo. Siempre lucharemos aunque sea mentalmente.

Nos cogimos de las manos, nos besamos en la mejilla y entramos en un Burguer King del planeta Venus. Éramos inspectores de sanidad y, fuera en Marte o en Venus, las normas básicas se tenian que cumplir. Y si el local se tenía que cerrar,se cerraba. Por el bien de todos.

martes, enero 03, 2017

Vocablos inventaos


Todo era muy bíblico. El frío lamía mis huesudos pómulos. La chaqueta, más grande que mi cuerpo, colgaba como una pena en la orilla de una desgracia, pero no lograba tapar los dedos de mis manos. Yo avanzaba, caminaba a paso ligero pensando que así no notaría la noche y sus exceso. Lo poco que quedaba de la burtal naturaleza en la ciudad castiga mi camino, lo fustigaba con pizcas de normalidad. Y cuando mi cuerpo, por mi velocidad, ya entraba en calor, llegué a mi hogar. Qu no era mi hogar, pero era lo que era en ése momento.

Perdona pero lo de bíblico no lo acabo de entender


La esencia de la fotografía


Siempre, siempre ponía una cara bobalicona cuando le hacían, solo o acompañado, una foto. El labio inferior casi se lo mordía, el labio superior encima del inferior, se torcía en el lado derecho aountando hacia arriba. Y los ojos. ¡Ay los ojos! Casi se le salían de sus suaves cuencas, parecían el doble de grandes. Esto hacía que la frente se le arrugase, no sabiendo uno si era bondadoso o fulibustero.

Un día se lo dije, un poco disgustado: no sé por qué pones esa cara si tú, en la vida real, no eres así. Y él me contestó que no sabía, en realidad, qué cara tenía. Qué por mucho que se mirase al espejo, el reflejo no garantizaba que fuese él realmente. Y un vendedor ambulante de objetos robados dijo: amén.