jueves, enero 19, 2017

Tecnología interior


Siempre estaba mirando el telefono móvil. Me acercaba a él, le comentaba cualquier cosa y contestaba al cabo de unos segundos. Solía responder con un tibio "perdona" o " espero un segundo". Aunque efímera, era una espera impaciente, parecía eterna. Y siempre lo veía con los ojos en el móvil. A veces nos cruzábamos, no me saludaba pero esbozaba una suave sonrisa sin levantar la vista del teléfono.

Por curiosidad, un día intenté ver que era lo que le atrapaba tanto, si estaba chateando con alguien o si estaba leyendo algo,y cual fue mi sorpresa cuando vi que la pantalla del teléfono móvil estaba en modo espejo. Siempre había sido así. Soledad.


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