Energía mal distribuida II

El maldito odio implica irracionalidad, una pasión insana que arde en el interior y se aviva con la nada. El mejor regalo que le puede ser dado a los necios le fue denegado a tres príncipes sin reino, sin ejército, sin esperanza. Los afortunados hacían gala de su nuevo don, ostentaban orgullosos la condena que desconocían. Mientras, los tres príncipes no comprendían su suave desdicha. Y al no comprenderla, por más causas y razones que buscasen, un malestar les inundó el malogrado espíritu que ya tenían. La causa se suele relacionar con la culpa y unos y otros se culparon por no ser los agraciados. Y se odiaron y se culparon, desbordando al alma, desgantando el alma. Las hostilidades iniciaron el trayecto hacia la victoria vacía. Uno de los tres príncipes fue barrido a las primeras de cambio. Realmente, su odio no era rencor. Pero los otros dos nunca cesaron de batallar, de odiarse, de apretar los amarillos dientes con los ojos abiertos. Tanto en la vida como en la muerte. Nunca tuvieron su victoria pero tampoco su derrota.

Un poco más chachi

Energía mal distribuida

Fue una rivalidad insana. Sortearon cuarenta y siete vidas eternas y no les tocó a tres personas. A raíz de esto surgió entre los tres no agraciados una rivalidad no buscada, una crispación malsana que no tenia motivo razonable ni razón de ser. Uno de los tres fue barrido en las primeras hostilidades...Y bien listo que fue. Los otros dos se enzarzaron en acusaciones, traiciones y bastante juego sucio. Murieron por algo que no habían ganado. ¿Y tú pretendes que haga el trabajo por esa mierda de sueldo? Si esperas cinco minutos lo hago. Contesto este whatsapp de Michael Jordan y me pongo a ello, seas quien seas.

p.d.: final alternativo. Ejem

Sí, soy San Pedro. Soy yo. ¿ Quieres pasar? Ya veremos


p.d.2: vaya mierda de final alternativo

p.d.3: vaya mierda...en general

p.d.4: yo es por hacer acto de presencia

p.d.5: ya sabes la estúpida rima

Sin sospechar

Esperando en un cementerio de neuronas y de alegorías, el frío maltrataba mi maltrecha alma y conseguía que me impacientara más. El dios-ruido tardaba más de la cuenta, siempre era puntual. El viento soplaba y hacía cosquillas a todo el decorado que era real. Y el dios-ruido que no venía. Yo me desesperaba, tanto no podía tardar. Los minutos ganaban la carrera a los segundos , mi desesperación se elevababa más y más, hasta a acariciar las brillantes estrellas y el mal caracter de Zeus. Mientras cerraba los ojos conscientemente suspiré una ténue palabra malsonante y, obviamente, el dios-ruido me saludó

Centrados en la victoria

Hermético en la montaña, erótico en lo personal. Extrañado por las circunstancias que rodean la muerte del artista que no es eterno. Investigo investigando. Sin pistas, sin datos, sin tabaco. En ambientes sórdidos, busco nicotina y encuentro violencia verbal y desprecios histriónicos. Huyo mientras mis insultos caen y me ilumino ( mi mente también). La muerte del artista que no es eterno no fue un accidente: fue una necesidad

Por lo tanto

Muere mil razones afortuanadas y sobreactuadas revelaciones acortanadas. Fluye oído a lo habitual la respiración endeble y consabida rizo paranormales trazas trabadas párpados ausentados. Decir por, pertinente amén, sí, sí. Supuesto por accidente, tú. Saber casas nuestra dureza...

...Y cuando más me acercaba, más me alejaba

Matxot de calçot

Piticlín¡Pero ataca!¡ Lo tienes a huevo! Esa mujer se te está insinuando. ¡Y está buena! Venga, ataca. Otra oportunidad así no vas a tener.

Rudolf-Es mi madre

Piticlín-Bueno, la otra también te estaba mirndo

Rudolf-La otra es mi abuelo

Resulta que todos tienen razón

Mi juego favorito es el mal,
no de acciones sino de quimeras
de cristal,
no de obligaciones sino de gas
experimental.
Una avalancha de letras reposa
en las estrellas, arden y se
despiden fielmente.
¡Prométeme lealtad!
¡Prométeme pasión!
Responde: ¡embustero!
¡Prométeme lealtad!
¡Prométeme pasión!
Responde: ¡Y qué más da!
Lucha constante, grietas en
la espiritualidad, jauria
de amor a la broma inesperada.
En un río de gente, dios es la
piedra que divide la corriente
Responde: Such a night

La calma ante la calma

Del orgullo nace la estupidez.Y no hay nada más bonito que compartir esa estupidez con un ser amado. Estupidez Williams siempre tuvo claro que lo suyo sería ser un forajido sentimental, un azote contra el poder establecido, una ruina para los límites. Lo tuvo tan claro que abandonó la fiereza de la juventud y se conviertió en un ser gris. Muchos criticaban a Estupidez Williams pero lo que no sabían es que él había elegido ser estatua de sal. Una vez me dijo, antes de ser gris, que la vida era una broma y que ya nacíamos derrotados por la muerte. Así, Estupidez Williams pasó el resto de sus días sonriendo cuando debía y vete-tú-a-saber-el-qué cuando podía.

Cuando los muertos caminen

Pronostican el fin. Y siempre es lo mismo. Pronostican el fin y acaba repitiéndose

¿De qué habla?

¿A tí te he dicho algo?

No: le he oído de casualidad

Ah...Bueno. En ese caso, sígueme


Se dirigen hacia un callejón estrecho. Un instante oscuro, la luz desaparece. Un instante pasajero, la luz vuelve a aparecer. Están en un restaurante. Uno hace de camarero, otro de chef. Se pudren los horizontes, no todos pueden ser felices. Amén.

Cercanía pasiva

No hace falta dominar los subterfugios de la autocomplacencia para percatarse que, siendo ambos extremos, somos nosotros mismos. Aunque nos guste ser uno mismo siempre acabamos soñando en otras cosas. Los hombres, en sexo. Las mujeres, en sexo.O eso es lo que se dice. Yo soy un mero espectador del mal olor. Esa sensación de que algo huele mal pero no se sabe exactamente que es. Decía pues, que paree ser que todo se reduce a la química. Todo. Sociólogos seal of approval. En fin, no soy nadie para juzgar. Cada uno hace lo que puede de la manera que puede o sabe. O eso es lo que se dice. Mennos mal: ya ha llegado el autobús

No nos pongamos sentimentales con los destinos

Mueve los brazos con suavidad en el aire. Su cuerpo se contonea con osadía y sensualidad. Es musa, es diosa. Nunca le reconoce la cara. Intenta hacer memoria de lo que es real y lo que no, se concentra y no logra dislumbrar el rostro de ella. Recuerda su olor pero no a qué huele. No sabe quien es, no sabe si existe. Todo sucede, pero no sabe si ella es real. Y espera siempre en el mismo lugar para volverla a ver. Sabe que no es el sitio correcto, sabe que no ha ocurrido donde está esperando. Pero así es el destino. Como mirar con los ojos cerrados al mar y dejar correr la mente.

El deleznable problema de Susan Brown

Con más morro que espalda, Susan Brown sobrevivió durante su estancia en el planeta tierra a base de constancia y buenas caras. En marte todo fue más sencillo y terrenal. En venus le rechazaron pues captaron al momento su modus operandi. En mercurio ni fú ni fá. Susan Brown nunca desistía ni nunca lo hará: aún le queda toda la galaxia por explorar.