Lo de ayer fue asombroso. Estaba en medio de una discoteca cuando, ante mi, apareció un ángel. Me dijo si tenía un cigarrillo y yo le dije que si. Lo prendió y se marchaba, cuando yo le dije: "Oye, te lo podrías currar. Que te he dado un sigarrito. Haz un milagro o algo asín".
El ángel, que parecía bastante acostumbrado a esta clase de proclamas me contestó:" Yo no soy el que hace milagros. El de los milagros es...
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