Bailadores autómatas

Ser artista musical es difícil. Antes, implicaba tener talento. Ahora, implica ser multi funcional: el cantar es lo de menos, es primordial la imagen. Y dentro de esta imagen, el baile juega una función importante. Entonces, ¿ cuál es el problema?. Que no todos los músicos tienen arte en escena, y cuando ha encontrado su movimiento, lo repiten hasta la saciedad. Por una parte, esto es bueno porque así uno recuerda al artista. Por otro, es malo porque ya puede sonar heavy metal o sevillanas que el artista hará el mismo movimiento. Unos ejemplicos:

-La Unión. Todos los miembros de este grupo son bailadores autómatas. El cantante siempre da dos pasitos y mueve los brazos como una animadoras. El bajista siempre se abre de piernas y no sonríe y el guitarra tiene el mode “pajilla” on. Siemrpe toca la guitarra muy rápido. Siempre verás como mueve la mano a velocidad de infartooo (y eso que ahora han fichado un DJ.)

"¿Dónde está la mosca, aquí o aquí?"

-El Canto del Loco. O como hacer un homenaje a la madre del rey. Este no baila mucho, pero tiene un tic siempre que canta. Es poner cara de chico malo y torcer el cuello para un lado. Y ya está. El coreógrafo se está frotando las manos. Si la banda del bate levantará la cabeza.

"Quiero entrar, en la Zarsuela con unas chanclillas"

-David Civera. El eterno “ pa´ luego”. Siempre sale con media sonrisa, desafiante, picarón, sugerente...pero en realidad lo que le ocurre es que seguro que se ha zampado medio catering antes de la actuación de turno, quedándole restos de comida (osease, pa´ luegos). Aunque en su trayectoria siempre ha tendido diferentes coreografías, si se ha de reconocer que brinca como el moreno de Cruz y Raya. O sea, como seas moreno y bailes, te compararán con el azabache humorista.

"Soy más malo que Daddy Yankee"

-Shakira. Aunque canta como si se hubiese atragantado con una loncha de pavo sin calorías, creo que es más reconocible por sus contoneos. Vamos, que debe ir bien de vientre. Esta mujer no se está quieta, siempre el meneito. Se retuerce hasta lo imposible y luego el resultado lo vemos en mujeres (y algún hombre, entre los cuales me incluyo) que lo intentan en discotecas, acercándose más a los gestos de Arévalo que de la heroína latina.

"Coñe, tengo peinnas"

Hasta aquí este pequeño resumen, había pensado más pero la memoria no quiere colaborar.
Más vale malo conocido que bueno por conocer.