"Mi obra es un compendio de mentiras y palabrería barata". Después de pronunciar estas palabras, la obra de John Malowne se revalorizó a cotas insospechadas. Minimalista, grotesco y con un punto de exuberante lucidez, así era Malowne.
Una fortuna amasó, y en un paraíso se retiró.
Lo curioso es que nadie nunca vio alguna obra de John Malowne.
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