martes, diciembre 29, 2015

Bop-a-lena


Mckenzie Fernández era un vendedor del carrer de Sants que tuvo la mala de suerte de encontrarse con Arturo Fredson un jueves de diciembre. Arturo le robó todo sin que él se percatase. Fue cuando llegó a casa que se dió cuenta. Su mujer y sus cuarenta y siete hijos le abroncaron y se fue a bar de la esquina por primera vez en su vida. Pidió una cerveza y su mente se adentró en pensamientos varios. Esperaba que algún habitual del bar, que los tenía identificados porque cada vez que pasaba por delante del bar los veía, le diera conversación. No se la dieron. Apuró la cerveza y volvió a casa. Al llegar, abrazó a su mujer y a sus cuarenta y siete hijos y les dijo que los quería.


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