jueves, enero 10, 2019
Ídolo equivocado, ídolo falseado
Pensaba yo que la gente no era tan estúpida y me equivocaba. Nunca percibí algo que se ponía de moda hasta ser ya mayor. Un amigo me dijo un día que no sé qué zapatos estaban de moda y, al fijarme, todo el mundo, o casi todo, llevaba los mismos zapatos. A partir de ese día empecé a fijarme más en esos detalles. Luego vino un teléfono móvil: todos tenían y usaban el mismo modelo. Otro día me fijé que tod@s vestían la misma chaqueta. De diferentes colores, sí, pero la misma chaqueta. Más tarde, pasado un tiempo, empezaron todos a hacerse retoques estéticos y, poco a poco, tendían a parecerse más entre sí.
Hasta que un día, ya con todas las personas arrasadas por la voracidad de la moda, me dí cuenta del horror: toda la gente, sin distinción de sexo, era exactamente igual a Pablo Motos. Sus caras, sus gestos, sus ropas...
Me acerqué a uno de ellos y le pregunte: ¿ Por qué? ¿Por qué? y el Pablo Motos de turno me contestó: "No sé"
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