miércoles, diciembre 16, 2015

Realidades y tal


De sexualidad tardía, Gonzalez Brown empezó a experimentar con su cuerpo cansado del hastío de la sexualidad corriente. Se compró el pepino más grande que tenían en la frutería y se lo metió por el culo o como dicen los franceses, el culete. Pero misteriosamente, se creó un bucle místico-mágico en su ano y el peino no sólo no lo pudo sacar sino que cuando abría la boca le salía una rodaja de pepinillo. Por suerte, los gintonics estaban de moda. El no quería trabajar de camamero porque casi toda su familia había sido alcohólica pero el destino era más fuerte que la contención y el rigor. Acabó alcohólico y sirviendo gintonics hasta que se suicidó un trece de agosto de 2027. Todos sus males ya no fueron consciencia. Además de sus males interiores, una noche conduciendo ebrio atropelló a una familía que salía del cine y, como resultado, había muerto el padre, la madre, los dos niños y el primo de uno de los pequeños que venía de Zaragoza. Y esto no lo pudo superar.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca me gustaron sus gintonics... les,ponía demasiado hielo.

Firma: Apolillada Comezón