martes, octubre 27, 2015

Fauna de martes


Deformidades alegóricas, amenizan las rutinas impuestas por el sol y la luna. No logro comprender el por qué de mis mecánicos movimientos, de mis rugosas miradas. Supongo que debe tratarse de simple supervivencia. Un mono de cuatro metros no para de acosarme, de acusarme, de recusarme. Empezó como un malentendido y se ha convertido, para mí, en un problema y, para el mono, en un ideal. Es bello inspirar de tal manera, es raro caminar y mirar por el rabillo del ojo. Diría que el mono de cuatro metros es metafórico, pero no. Bueno, lo es y no lo es. Es real. Se han agotado los plátanos y las bananas en todas las fruterías del barrio, hay escasez de potasio. Animo a la gente a rebelarse contra el simio pero me dicen que es mi problema. Ah, bendita sociedad.

1 comentario:

Mothman dijo...

Nos quieren fauna de rutina, palpos mecánicos que busque el consuelo de lo conocido, aunque sepa a cáncer, a capricornio, o a cualquier otro signo del zodiaco que describa como somos o cómo debemos ser.