lunes, noviembre 02, 2015

Simpático Williams


Y esa emoción que te eriza la piel del cuerpo, que sube elétricamente por la pierna y estalla en el cuello. O esa otra que es vaivén, vainilla en su sentimiento y con flow en su forma. O la que interrumpe en una noche de lunes y no hace nada más. O la que ruge en su olvido y atraviesa las esperanzas tardías y las siluetas de hojaldre. Lo quiero decir, ojo, es que la corriente que genera cada temblor de tu azarosa sonrisa podría ser el todo, podría ser la ausencia, podría ser la nada. Sonríe, todo el mundo te mira. Sonríe, todos te están mirando. Sonríe, por favor. Sé profesional y hazlo. No como una obligación sino como un deber. Y si no lo haces, otro lo hará.


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