martes, octubre 13, 2015
Sin título VI
Un ideal superior,
alimentado con un taimado ego,
justificado como la belleza
de una puesta de sol en
un lugar ajeno al nuestro,
persevera en su añeja arrogancia
y persiste en los pensamientos
como ese trauma de sal que
nunca se marcha del todo.
Una de mis insípidas reticencias
quema como una pira de
odio la angustia de lo bonito.
Otra de mis insípidas reticencias
se enorgullece como un arrogante
león joven de las cualidades
defectuosas de mi paladar.
Cúmulos de aburrimientos
reafirman mi nostalgia
del miedo, se apilan
en orden, discuten
dialogan sin vehemencia.
Un ideal superior avergonzado,
ausente como un moroso
drogadicto; que es ruina
continuada, que no
merece la pena pasajera.
Se agarra (es mio)
Se aferra (es mío)
Se marcha lentamente
como una amarga despedida,
sabe que será sustituido
por otro ideal superior.
Adiós (Adiós)
Te apreciaré cómo te merezcas
(te añoraré cómo me apetezca)
Abrazaré a la gente desconocida
(yo no estaré para ver cómo termina)
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2 comentarios:
Mi ego
me impide comentar cuando no puedo estar a la altura
porque,
mis carencias,
se desparraman entre los traumas que nunca tuve,
pero que algún día adopté.
Vomitón,
esta entrada es preciosa.
y... aunque no puedo comentar,
bien se merece el intento.
(La polilla estéril)
muchas gracias, polilla polillera! Cómo ves yo tampoco sé responder
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