martes, junio 30, 2015

Esos susios periodistas


Miles y miles de besos explotan en las perfectas mejillas del ídolo de plata. Le veneran, le loan, le aman. Eterno y justo, vehemente en las caricias de sal y severo en las serias reprimendas. Le quieren, le alaban, realizan dulces cantos de sus gestas. Aunque todos saben que está equivocado. Pero es el ídolo de plata. No es el de oro pero tampoco el de bronce.

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