martes, junio 02, 2015
Egoísmo genético
Fue un verdadero milagro. Tuvimos un hijo que defecaba billetes aunque, lamentablemente, eran de cinco euros. Le llamamos Alfredo pero en el colegio le llamaban Fibra boy. Claro, si hubiesen sido billetes de quinientos euros lo que cagaba pues con dos al día ya teníamos el asunto arreglado. Pero al ser de cinco, el pobre estaba todo el día dale que dale en el excusado.
¿Y cómo acabó la historia?
Pues al hacerse mayor empezó a defecar monedas de un euro. Ya de adultó acabó cagando monedas de dos céntimos. No nos hablamos pero mi mujer sabemos de él por Taylor Swift.
¿Son pareja?
No,son sagitario
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3 comentarios:
Analizando… la mutación del capitalismo salvaje, siempre huele a sumidero.
Brillante y tierno… hasta las caries
(la polilla sumisa)
gracias, vuesa merced
juas
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