lunes, mayo 27, 2013
El triunfo de los lunes
Un poco de por aquí, un poco de por allá. Remover cinco minutos a fuego lento y añadir una pizca de caimán. Lo retiramos y una vez frío le ponemos por encima una capa de Haagen Daz. Lo llevamos a los guardias de la puerta principal del castillo de tu mal aliento y se lo estampamos en la cara de uno de los guardias el cual, por estar cegado a causa de nuestra delicia culinaria, le clavará su lanza en el pecho y lo matará. Pasamos victoriosamente y al primer ciudadano que veamos le decimos: ola ke ase
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario