lunes, noviembre 05, 2012

Honrado con los labios pintados


Yo creí que fui un buen gobernador, pero no dejé de ser un tirano más. Mis propuestas eran la cultura con patatas, impuestos razonables para los irracionales, justicia para todos y sueños de marfil. Pero no todos opinan lo mismo, una sonrisa se puede interpretar de bastantes maneras. Así que me repudiaron, me ningunearon, me señalaron con el dedo y cuatro cosas más.

Ahora estoy retirado, incluso algunos piden mi regreso. Pero con la fortuna que he conseguido "legítimamente" se me quitan todos los males. Menos los de la espalda.


1 comentario:

Mothman dijo...

¿Dónde se quedó la democracia de nuestras flores? ¿Cuándo floreció ese caciquismo rancio que huele a estiércol? ¿Dónde se perdió el jardinero que podaba los laureles de nuestras primaveras?

Abrazos