martes, noviembre 13, 2012

Así de simple


Le apuntaron con el cañón de una pistola en la nuca. Pero el simple roce le hacía estremecerse por las caprichosas cosquillas. Lo dejaron estar porque así no tenía gracia.

Le cambiaron de departamento en la empresa y sus nuevos compañeros le recibieron con palmas y una sonora fiesta de tres días. Es más, le propusieron para el premio nobel de la paz, el cual ganó ese mismo año.

Pero, pasados dos años, le volvieron a cambiar de departamento. Sus nuevo compañeros le acogieron con normalidad. Se enamoró de una compañera, tuvieron un par de citas, se casaron y tuvieron tres hijos.

Hasta que llegó el día de su jubilación. Hubo una pequeña fiesta de compromiso y se marchó a casa. Se estiró en el cómo sofá y, mirando al techo, se preguntó:"¿ Y ya está?






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