Poemilla
Desnudo en las
nubes, comiendo
sobras y reciclando
insultos.
Emprendo el camino
al calor de una hoguera,
siglos sin notar
el crepitar de
unas anaranjadas llamas.
Que no descanse nadie,
reza un cartel que
me he inventado.
La tos traspasa
fronteras: no es
mía, es universal.
El aplauso también.
Y el infinito. Y la sal.
2 comentarios:
¿Qué se hizo de aquellas hogueras que quemaban suspiros y noches por igual?
El título desmerece esta antorcha que has prendido
Un aplauso y un abrazo
gracinas!!
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