Un viejo sensei me dijo que si comía nocilla blanca mi mierda olería igual que dicha nocilla.
Raudo y veloz me dirigí a un súper chino, pero la nocilla blanca que tenían era una mala imitación.
Al día siguiente, me dirigí a un gran supermarket y encontré la ansiada nocilla blanca.
La degusté, la saboreé y a esperar me tocó
Y, efectivamente, el bate de beisbol que creé olía a nocilla blanca. Y, al percatarme, dije: "Ah...¿y qué?

3 comentarios:
Pura poesía
Me preocupa esa obsesión reciente por la nocilla blanca. ¿Qué se oculta tras todo esto?
que ni fumo ni bebo..sniff,snifff
Publicar un comentario