domingo, febrero 19, 2006

Maccabi



En un muro, alguien intentaba que sus palabras quedasen reflejadas por una breve eternidad. Escribía "suerte" y, al anochecer, esa palabra se esfumaba.
Y cada día escribía una palabra o frase, sin que ésta resistiese más de un día. Hasta que un día ocurrió que aparecieron infinidad de vocablos apilados unos sobre otros.
El muro desapareció, pero tal era la cantidad de palabras acumuladas que éstas, ya de por sí, formaban un muro mayor.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ver, eh, tan jovenes y ya acosando sexualmente en el trabajo.

Anónimo dijo...

ese ansia por los conejillos no puede ser bueno

Anónimo dijo...

Hola soy un puto conejo de pascua y estoy hasta los huevos de que la gente se cachondee de nosotros. Que si mi colita esponjosa, que si mis bigotitos, que si que caida de orejas más mona. La Revolución de los Conejos esta próxima.
Pd. Dejen de tocar los huevos a los conejos de pascua o lo lamentaran...

vomiton dijo...

No e sacoso, en realidad es una radio gigante en la que suena:"all you need is love"