miércoles, septiembre 19, 2018

La crueldad de los niños y de la vida en un barrio olvidado


Mi padre vestía traje aunque estaba en el paro. Me acompañaba cada día al colegio bien vestido, impoluto, impecable, con la espalda recta y el mentón elevado. Ya he dicho que no trabajaba, le echaron del trabajo a causa de la crisis, esa excusa con la que los ricos no pierden sus privilegios, que hace que los pobres asuman la culpa sin rechistar de algo que no han hecho, sintiéndose responsables absurdamente. Pero a pesar de eso, siempre vestía con elegancia. No quería que l@s otr@s niñ@s se riesen de mí, por eso me cogía de la mano y, con seguridad, caminaba con paso firme hasta la puerta de la escuela, despidiéndose con una sonrisa. Nunca volvió a conseguir trabajo, pero eso ya es otra historia ¿Mi madre? Mi madre odiaba a mi padre y bebía por lo ridículo que le parecía que mi padre vistiese un traje para aparentar. Sí.

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