martes, septiembre 04, 2018

Mandonguilles


Alfredo-Prepárate, en breve vas sentir el olor que te decía. Estate atento.

Y esa espera eterna que se alarga, que retiene los segundos como si fuesen un adictivo deseo fácil de soñar, que su fin está cerca pero no llega por la tosquedad de la impaciencia. Uno piensa que ya, que ahora sí, que ya ha pasado el tiempo que tenía que pasar, pero no, no sucede, no llega. El aviso de la llegada es, a su vez, el fin de la quietud. No, no llega. No, no sucede aún. Pero va a suceder. Sí, así se ha anunciado. Entonces, surge la duda. ¿Y si ha llegado el momento, y si ha sucedido y no me he percatado. ¿ Como tenía que ser? No ha pasado ya, ¿no?. Y la espera, poco a poco, se trasnforma en decepción. Y ya derrotados, sucede.

Nepalí-Huele a mierda,¿no?

Alfredo-¿Qué dices? ¡Huele a almóndigas!

Nepalí-¿De verdad? Pues a mí me huele raro. Por ciero, no se dice albóndigas?

Alfredo-Ni idea...Pero me has entendido, ¿verdad?

Nepalí-Sí, aunque me sigue oliendo raro

1 comentario:

Anónimo dijo...

El, “ya llega” y los “casi, casi”, adornan nuestros “ya está”, con celofanes de arcoíris, que muchas veces huelen a mierda
.
La polilla coprófaga