miércoles, mayo 23, 2018
Suena familiar
Todos la miran con la mandíbula desencajada, revolotean por su aura de irresistible tentación, fuerzan sus sonrisas y son amables a rabiar. Tna obvios, tan serviciales, que ella no puede evitar partirse de risa en su interior. ¿Tan básicos son los dioses? ¿Tan frágiles de coraje son que no saben mentir a desconocidos?. Compiten entre ellos, sin violencia pero con celeridad, por ver a quién lanza una sonrisa o una mirada. Y cuando les mira fijamente, agachan la cabeza y se esconden como tiernos niños que han robado un trocito de cielo. No sabe si le produce ternura o rechazo, asco o resignación. Todos la miran con la mandíbula desencajada, y a ella le da absolutamente igual, ya que ha terminado de comer un buen plato de eternidad y sabe que, otra vez, no tendrá que pagar por pecar.
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