viernes, marzo 23, 2018

Lo natural del deseo


Resulta, pues, que tenía siempre la mala suerte de que al entrar en el lavabo, previamente, alguién había estado minutos antes. No me solía incomodar, pero hubo un día en que alguién había depositado sus excrementos y éstos olían a rayos. Una olor penetrante y persistente que casi me hizo vomitar. Miccioné sin respirar y a otra cosa.

Al día siguiente me sucedió lo mismo. Entré en el lavabo de personal y olía a mierda descarnada, a mierda oficiosa y aterradora. Pero me armé de paciencia, y conseguí mear. Es más, el aroma fétido era bastante similar al del día anterior. La misma situación se repetía día tras día, siempre olía a mierda, no necesariamente de la misma persona. Así, poco a poco, me fui acostumbrando a ese aroma más y más. Hasta que llegué a excitarme. ¡Ja! Por eso he colgado este anuncio en internet buscando a alguién que me cague en la boca ¡Me pone a mil! ¿Te animas?

jueves, marzo 08, 2018

Quizás sea justo


Desvíos de ocasión, místicos meticulosos ponderan la razón, equilibran el universo con versos llenos de fe, versos que son eufemismos de cristal, que son plenos si uno está vacío de presente. Nos apoyamos en los discursos ajenos porque es más sencillo, a posteriori, echar las culpas a cualquiera que no seamos nosotros mismos. Adoptamos las palabras del ajeno que es nuestro amigo, abrazamos las peroratas de los sabios de la vulgaridad porque los humanos siempre hemos msido unos comodones indignados.

Así, y después de pensarlo mucho, tal vez demasiado, lo que tengo que decirte es esto:

martes, marzo 06, 2018

La vida obsoleta


De repente, me he hecho mayor. No ha sido algo predeterminado, pero si algo a lo que estaba predestinado. Mayor de sopetón, aunque siempre he sospechado que me ocurriría. Es como cuando uno crece en altura, algo progresivo de lo que nos percatamos cuando hemos dado el estirón.

Pues eso, me he hecho mayor de sopetón. ¡Pum! Y me puedo quejar por todo, ya puedo sermonear, ya puedo resignarme como una estrella que no es sonrisa. Ya no queda nada de mi niño anterior, ha marchado lejos de mí. Soy mayor, soy viejo; antes era vida, ahora soy pellejo. Los azulejos los veo de lejos y al gringo se los voy a cobrar


lunes, marzo 05, 2018

Hidratos de omoplato


Una perfecta musculatura, parece cincelada, como hecha por escultores griegos en honor al campeón de alguna antigua prueba. Hasta el espejo tiene envidia de semejante cuerpo, con abdominales marcadas pero no exageradas, unos bíceps perfectamente delimitados, y unas piernas robustas y estilizadas.

Un cuerpo maravilloso y estupendo, en armonía con la belleza y la perfección. Cuando le dije que tenía un cuerpo estupendo y le pregunté cómo lo conseguía me dijo que no lo hacía por estéticoa ni pollas en vinagre. Hacía ejercicio porque le encantaba comer, que el mens sana in corpore sano se lo comía con chocolate y que se cagaba en todas mis muelas por ser un superficial de mierda. Empezó a agitarse y emprendí mi huida, la cual fue paupérrima, ya que yo no estaba en forma, y en seguida me alcanzó. Me tiró al suelo, me golpeó y empezó a devorarme. Me encanta comer, dijo, me encanta toda la comida mundial, decía mientras yo, semi inconsciente, veía como los dedos de mi mano izquierda iban menguand hasta desparecer