martes, marzo 06, 2018

La vida obsoleta


De repente, me he hecho mayor. No ha sido algo predeterminado, pero si algo a lo que estaba predestinado. Mayor de sopetón, aunque siempre he sospechado que me ocurriría. Es como cuando uno crece en altura, algo progresivo de lo que nos percatamos cuando hemos dado el estirón.

Pues eso, me he hecho mayor de sopetón. ¡Pum! Y me puedo quejar por todo, ya puedo sermonear, ya puedo resignarme como una estrella que no es sonrisa. Ya no queda nada de mi niño anterior, ha marchado lejos de mí. Soy mayor, soy viejo; antes era vida, ahora soy pellejo. Los azulejos los veo de lejos y al gringo se los voy a cobrar


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