martes, julio 04, 2017

Lo que yo imagino de mi


La sutileza fue insertar en el androide del doctor Asimov el único ser vivo inteligente encontrado fuera del planeta sistema solar. Del amebionte, cuyo cuerpo era un prácticamente gasesoso, poco se sabía. Solamente se había podido capturar un ejemplar en Saturno, pero consiguió escapar sin que nadie supiese cómo.

Así, por tanto,cuando el androide creado por el doctor Asimov fue presentado en la vigésimo sexta edición de robótica de Saturno, todos comprendimos que el doctor había conseguido capturar un segundo especimen. Es más, no nos percatamos que era un androide hasta que el doctor lo dijo. Era exactamente igual que cualquier humano. Todos los presentes estaban anonanados, ya no por la apariencia casi idéntica a cualquier ser humano, que también, sino por la espontaneidad, el desparpajo, las reacciones que tenía el androide. Todo fueron preguntas, y fue entonces cuando el doctor confesó que había conseguido insertar un amebionte con un robot.


Mil preguntas tronaron a la vez. ¿Cómo ha conseguido unirles? ¿Cómo ha conseguido capturar un amebionte?¿Qué precio es el que quiere? ¿Qué pretende, doctor Asimov? ¿Es posible?

El doctor Asimov sonrió. El androide, también. Los dos sonrieron y se marcharon. Siglos después se supo que, en realidad, el amebionte se había introducido en el cuerpo del doctor Asimov y controlaba, de una manera todavía desconocida, telepáticamente al androide.




No hay comentarios: