lunes, junio 26, 2017

Me he equivocado de camino


A diferentes niveles, el alma se vacía y derrocha frases obsoletas y sentimientos perdidos, como el agua de una olla que está en su punto de ebullición. Por tanto, llegado a un punto nos expandimos sin tenernos en cuenta a nosotros mismos, e inundamos caprichosamente los recovecos conocidos y también los desconocidos.


Diferentes niveles, ¿cuáles?


Mira dentro de tu ser. Reconoces patrones y dudas, como un camarero de bar a los parroquianos habituales, pero te son ajenos, como vestir una camiseta nueva. Nivel uno: la grulla. Nivel dos: la dermis. Nivel tres: la epidermis. Nivel cuatro: los sueños. Nivel cinco: la rima. Nivel seis: lo onírico de los sueños. Nivel diez: la locomotora de la incertidumbre. Nivel once: lo tajante, los severo, como un cartel prohibitivo. Nivel doce: lo no lineal. Nivel - uno: la astucia del olvido. Nivel -dos: lo positivo de la estafa tardía del amanecer de mis pupilas reflejadas en un escaparate de mascotas famélicas. Nivel - tres: los puntos suspensivos que albortan la concreción. Nivel trece: el infinito.

Agotados por la expansión de nuestro ser y saber estar, toca ahora hacer acopio de mitos y leyendas, militar en la coraza que volveremos a llenar de agua, y recapacitar sobre la ausencia de significado de un bonito día sin sol



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