lunes, mayo 22, 2017

La resistance II


Por la mañana, cualquier mañana, veo a infinidad de madres con sus criaturas empujando los carritos que llevan a sus respectivos bebés. LLevan, las madres, gafas de sol y visten calzado cómodo. No veo ningún hombre, ningún padre. A estos últimos los veo al atardecer, algunos hacen caso a sus criaturas, otros no, otros tienen la mirada perdida, están ausentes en su lejania. Son familia por automatismos. Un te quiero, paseo, cariño, dissabte hem d´anar a lo del Carles i l´Esther.

Pero me doy cuenta de que yo también me rijo por automatismos, ya que es lo más cómodo para sobrevivir en esta vida que es ruido, que es furia. Quiero romper con esto, quiero ser libre como una polilla en la oscuridad. Así que hoy no voy a llevar ropa interior. ¡Qué se joda la cadena! Es más, puede que mañana no vaya a trabajar. Bueno, mejor no precipitarse. Continuaremos con lo de no llevar ropa interior; el resto, ya se verá.




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