Obligado a mi pesar
Es una coincidencia. Los brazos caen y caen hasta el infinito. Los
pesados párpados vacían su esencia en todo el firmamento. Las piernas se
alargan miles y miles de metros. El peludo ombligo, limpio y sibarita, obliga a
ceder los límites del incómodo pantalón. Todas las partes de mi cuerpo crecen
menos mi pene. Y mi espíritu.
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