jueves, julio 25, 2013
Long way to al lao
Señora, no me hable usted. Que tengo que salvar al mundo de pulpos gigantes con muy mala leche y una acidez extrema. La comprendo y la respeto, la admiro y le escucho pero, perdone, me tienen que operar de flato y ya llego cinco minutos tarde. Todo correcto y todo estupendo: el cielo azul, una brisa reconfortante y el dulce jolgorio. No mate usted a nadie que ya lo haré yo. Gracias. Adiós. Con este calor ya se sabe. Ya me dijo usted lo mismo del invierno pero al revés. Sí. Ok. Vale. Por supuesto que sí. Tenga cuidado. No insista en lo de matar. Vale. Sí. Muy bien.
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