jueves, julio 23, 2009
Así eres tú...
Por suerte, la reciente exhibición no era definitiva. Quedaban muchos flecos por arreglar, muchos detalles que se tenían que corregir. Suspiré y me dirigí al office, que estaba en una caravana fuera del set de rodaje, a tomar un tentempié.
De repente, me excité y empecé a masturbarme. Y cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, entraron el resto de trabajadores. Me quedé quieto, como si fuera o fuese un muñeco de atrezzo.
Me quedé quieto inmóvil y quieto. El resto de trabajadores se rió y comentaron en voz alta a que película debía pertenecer. El problema era mantener la erección todo el rato sin frotarme. Pensaba en cosas eróticas, cerdas y cachondas.
Por fin se fueron del office, pero resultó que yo no podía moverme. Intenté gritar pero no podía. Me había convertido en una estatua.
Y ahora esta es mi vida, hago de estatua erecta por mil y un rodajes. ¡ Y yo que me quejaba de las autoridades!
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2 comentarios:
Eso explica muchas cosas!!!
siempre miento
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