jueves, octubre 02, 2008
Teller 11
"Relato erótico" colgado en La rebelión de las páginas en blanco
Ella estaba desnuda, recostada de lado, dándome su eterna espalda. Yo la acaricié con el dedo índice de arriba abajo. Me recordaba a una majestuosa estatua derruida, a un belleza inmortal. Pues las estatuas son hermosas cuando están derruidas, ya que imaginamos su esplendor y soñamos e idealizamos su majestuosidad.
Mi áspera lengua recorrió el borde de su oreja izquierda y la abracé con mi escuálido brazo izquierdo. Su hermosa cabeza empezó a brillar y, poco a poco, a perder su opacidad. Mordisqueé su exquisito cuello y su estilizada cabeza brillaba más y más.
Grácilmente, se tumbó boca abajo y yo me acaricié el pene. Me puse de rodillas sobre su cabeza y mis manos se introdujeron, lentamente, en su luminoso cerebro. Mis claros ojos se pusieron en blanco. Y la penetré. Ella apenas gesticulaba, permanecía impávida. Lo único que movía era sus deliciosos brazos, como si estuviera volando.
Yo empujaba cada vez más rápido. Era de las pocas veces que el incontrolable tiempo estaba a nuestra merced. Una eternidad, un instante...No importaba, las reglas eran diferentes pero las personas eran las mismas.
Y, al cabo de unos placenteros minutos, Grité, jadeé y un chorro de violenta luz salió escupido por mi húmeda boca. Escalofríos tenía en las rodillas, tuve que apoyarme en la pared y respirar muy lentamente. Y sonreí.
Ella clavó sus afilados codos en el caro colchón y levantó su, ya no luminoso, cabeza con una amplia sonrisa. Le acaricié las mejillas con todos los dedos de la mano derecha y le miraba incisivamente a los exquisitos ojos. Suspiró dulcemente y dijo: “Ahora me toca a mi”. Me incorporé y caminé como una sigilosa pantera hacia su perfecta vagina*. Puso sus aterciopeladas piernas sobres mis hombros y mi cabeza empezó a perder su opacidad y a brillar como una nova. Y ella introdujo sus rígidas manos en mi cerebro y empezó a jadear y gemir. Gemir. Gemir. Gemir Gemir eternamente. Ya nunca pude separarme de su perfecta vagina. Toda la eternidad.
*¿ Cómo definir (o nombrar) la palabra coño sin que suene violenta o vulgar? Pensado (cosa rara) he puesto al final “perfecta vagina”, pero he estado a punto de poner “rosada feminidad”. Joder, el hartón de reír que me he “pegao”. “Rosada feminidad”.... Me parto.
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