jueves, septiembre 04, 2008
Innocent when you dream
Impávido, impenetrable, áspero...Al escuálido anciano se le salía un tierno cojón por la comisura de su amarillenta ropa interior. Intenté obviarlo, pero evitarlo no podía. Aguanté media hora y me dirigí con firmeza hacia él. Le comenté el asunto de la manera menos violenta posible y él me dijo que eso era imposible, ya que era una mujer.
Al día siguiente fui al oftalmólogo y me recetó unos caros antibióticos.
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