miércoles, marzo 12, 2008

Cuentesito


¡ Qué maravillosas historias explicaba el Sr. Peckimpah! Cada tarde , aparecía por la carretera con sus ropas harapientas y grises; y parándose amablemente en mi portal de color malva y limón, me relataba la más bonita de las historias.
Y eso era lo bonito, que cada día contaba una historia diferente.
Siempre fue así hasta que una tarde dejó de aparecer. Al principio, pensábamos que había conocido a alguien para compartir sus bellas aventuras.

Así pasaron los días, hasta que decidí que las historias de mi tío Ribagorça eran un poco aburridas y fui en busca del Sr. Peckimpah.
Le seguí sus pasos del revés. Y llegué a un sitio llamado Indignación de Copa. Todos llevaban sombrero de copa y sonreían caramelos. Cogí unos cuantos caramelos y pregunté por él a un señor.
“Ese era un hombre genial”, decía, y contó una historia de robots metálicos que no conocía. También me dijo que sabían de él en el pueblo de al lado. Y me marché.
Estuve en muchos sitios: en el pueblo de los Tentáculos, en la ciudad submarina de Aqua-Town, en uno donde los animales hablaban, etc...y en cada sitio siempre me explicaban un cuento fascinante que el Sr. Peckimpah les había contado.

Hasta que un día llegué a una carretera estrecha, mojada y a un portal de color malva y limón.¡ Era mi casa! Y apareció mi tío Ribagorça y me explicó una epopeya sosa y aburrida.
Me fui a dormir y soñé con todas esas historias de colores y fantásticas que me habían relatado, menos las de mi tío.

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