martes, febrero 12, 2008

Mari Marvel


Mucha gente me pregunta qué se siente al ser hijo no reconocido del Capitán América.
Cuando me secuestró el Cráneo Rojo, lo pude soportar.
Cuando casi me mata Hydra, me resigné pero la cosa salió bien.
Pero cuando tuve que aguantar a Spiderman en la merienda cena del pasado domingo, es que exploté.¡ Qué pesado! No paraba de llorar y de quejarse. Y las bromas que decía eran un pestiño. Por eso, le escupí en el café. Lástima de su sentido arácnido. Aunque ya se la devolveré al pesado este.

1 comentario:

Cristina dijo...

jajajajaja
Genial!!

Estás fatal, y estos relatos me encantan!! jajaja