martes, febrero 07, 2017

Aire sin alcohol


Apura su copa. Bebe hasta las últimas gotas, alza el vaso sacudiéndolo para que los restos del fuerte licor caigan a su garganta. Bebe porque va estallar, va a incendiar todo y a todos. Lo siente en el interior, es una rabia no concreta que crece y crece paulativamente, que hace que su mirada se vuelva taciturna y que cierre los puños con fuerza, como si estuviese haciendo un perverso truco de magia con las manos sin espectadores. Voy a hacerlo, se dice a sí mismo. Voya a hacerlo, sea lo que sea.

La rabia sigue ascendiendo, como el sol al amanecer. Va a estallar. Pero, antes, beberá otra copa. Una más. Y ya está. Lo hará. Sea lo que sea. Aunque antes beberá una copa más. Solo una más.


No hay comentarios: