jueves, noviembre 19, 2015
Resumen inventado
Creí entender lo que me decía pero nada más lejos de la realidad. Era superficial en sus palabras y pedante en su ignorancia. Le prestaba atención por educación. También porque era un ser de luz con siete katanas. Yo asentía y, de vez en cuando, le preguntaba repitiendo la última frase que decía. Me preguntaba si le estaba escuchando y yo le respondía que sí. Cuando se marchó hubo un instante de jolgorio. Luego vino el frío, las dudas, la incertidumbre.
Habla al aire,
conquista el templo de silencio
con artilugios y subterfugios.
Añoro sus idioteces, que son las mías.
Enfrentado al reflejo,
el espíritu está perplejo
de que nuestra juventud sea ahora pellejo
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