lunes, septiembre 28, 2015

Can Bigotis


Decía Bigotes Williams que si alguna vez tuvo pasión por algo ésta se esfumó con la misma celeridad que un ladrón en una comisaria. Pero, claro, los ladrones tienen que ir a la comisaria cada cierto tiempo no por sus causas legales, que también, si no para renovar el DNI. Aunque también hay ladrones que huyen para siempre y nunca jamás vuelven.

Bueno pues Bigotes Williams no tenía pasión por nada ni nadie. Era un malote de aupa. Temido y terrible. Eso sí, cada domingo iba a comer a casa de su madre. No faltaba nunca. Pero lo que no sabía el bueno de Bigotes es que su madre en realidad era un clon de otro clon de Spencer Tracy femenino. ¿Y por qué os cuento toda esta historia? Pues es sencillo: tengo una cita este domingo con la madre de Williams y no sé qué ponerme.


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