lunes, agosto 18, 2014

Decano solar


Está tumbada, descansando bajo el sol. Me acerco sigilossamente por detrás y me coloco al lado suyo, justo en el ángulo que impide que los rayos de la inmensa estrella le laman su piel salada. Ella, belleza y escaramuza, me recrimina el gesto. Quiere sol, lo necesita.
Muero por ella así que alargo mis suaves manos hasta alcanzar al sol y lo arrastro hacia ella. Justo cuando abre los ojos, empujo al sol hacia su cuerpo. Se fusionan. Ahora su infinito cuerpo es la luz, la guia de nuestros sentimientos aunque brilla tanto que nadie la puede mirar. Ni yo. Ni la luna


p.d.: Moraleja: poneos crema solar

p.d.2: faltan epítetos en el mundo

1 comentario:

Mothman dijo...

Si la melanina riera, aunque fuese bella, carcajadas de espantos nos vomitaría, pero no me entiendas mal… Vomitón… tú haces bello hasta el desprecio de las salidas de tono.

Un beso y un abrazo solar