lunes, diciembre 10, 2012

Hay seis a.k.a. Ice age


Y, finalmente, entiendo la suavidad de las rugosas y contundentes manos de mi abuela. No es porque midiese ocho metros, ni porque fuese bajista de Marisol durante cinco años. No. Ni porque hiciese rituales con el ardiente fuego, en un acto similar a un ritual extrañamente bondadoso y peligroso. Una pérfida suavidad que nublaba la melancolía, hacía encajar los rápidos segundos dentro de los minutos, y los minutos dentro de la eternidad.

Desgraciado, tenías dos abuelas

No sé si hacer un final*


*: Mi primera nota del autor!¡Qué emoción! ¡Egotrip! Bueno, yo quiero aprovechar este momento para destacar (que no desatascar) que cientos de finales me han venido a la cabeza desde "también es verdad" a un " te reto"...Pero mejor lo dejo a vuestra merced. Ah, y no pudo dejar de resaltar la compenetración existente entre la chorrada que he escrito y la foto sacada de la genial página llamada fishki. Ah, y a mis padres que siempre me dejaron ganar al monopoly. También a Cindy Lauder.














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