Hablad todo lo que queráis, que no estoy prestando atención. Ni la prestaré. Pues, si os fijáis, mirando al horizonte, a la izquierda, hay tres hienas debatiendo sin pasión el cambio climático de un planeta que no existe. Y cerca de las ruidosas hienas hay un robot que se encarga de borrar los caminos que encuentra a su paso.
Yo no veo nada, diréis. Y, lamentablemente, os daré la razón.
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