La inquietas miradas sopesaban las circunstancias que habían llevado a tal situación. Se levantaron a la vez, sin dejar de mirase unos a otros. Caminaron de espaldas.
El señor Crimson se dirigió a la puerta principal, la señora Kate dio con la puerta trasera. Tanto el señor Eli como la señora Wallach toparon con las ventanas laterales. Y, cuando cada uno había llegado a su improvisado destino, se marcharon.
A los cinco minutos, salió de debajo de la mesa Donna Summers y dijo: ¿ y ahora quién me paga a mi?
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2 comentarios:
VVRRUTAL la aparición de Donna Summers.
Ya le dije yo que tenía que ir dejando esa manía de introducirse en muebles y electrodomésticos ajenos desde aquel incidente de la lavadora en Detroit.
Petonets!
Te lo he dedicado, pero no es que piense que eres Donna Summers aunque con un top y un viaje a Cancún...grrr...
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