Durante unos días no habrá acentos, ya que se han esfumado del teclado y salen mal y son malignos
Era tal el cabreo de Latoya Jackson, que todos nos fuimos corriendo a esconder. Yo conseguí llegar a la azotea. Tres minutos después, alguien me toco el hombro. Era Latoya escondiéndose de sí misma. Tenía tos, así que le di un caramelo de menta.
Y, cómo no, se chivo a sí misma.

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