La puerta estaba entreabierta, así que miró por ella con precaución y disimulo. En ella vio a un hombre vestido como él mirando por una puerta entreabierta. Se giró inmediatamente y vio que en la puerta de atrás suyo no había nadie mirando. Volvió a mirar con temor, y vio una pupila a escasos veinte centímetros.Sujetó con fuerza el picaporte y tiro hacia él. Desde el interior hicieron lo mismo.
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Moraleja: nunca entres dos veces en la misma habitación a la vez
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