jueves, diciembre 01, 2016

Relato de mierda sin inspiración


Sentimiento, ganas, albóndiga. Fuerza, croquetas, coraje. Siempre comía. No era por ansiedad ni por menosprecio a su persona; simplemente, le gustaba comer. Se zampaba todo lo que podía, a ser posible todo natural. Comía sin piedad, sentado o tumbado. Cuando algún incauto le llamaba gordo, lo devoraba. Entonces era cuando no podia ir al lavabao, la gente le sentaba mal. Obviamente, acabó en la carcel por hacer desaparecer a la gente. En la cárcel dejaron de llamarle gordo, tan solo era un número.

No hay comentarios: