lunes, abril 11, 2016

Cada vez hay más tontos (y no es un estudio científico)


No paramos de cambiar, de mutar de aspecto físico. No somos conscientes porque nunca hemos visto cómo somos realmente físicamente. Hemos de guiarnos por el reflejo de un mentioroso espejo, por antiguas fotografías. Cambiamos con el paso de los aos y nos somos conscientes. No sabemos si existimos, si somos reales. ¿Soy yo quién hace esto o aquello? ¿Soy yo el que piensa eso o lo otro? Y así pasan y pasan los años y no nos percatamos de nuestra existencia. Solo cuando hacemos el mal sabemos que hemos sido nosotros. Es cuando tomamos conciencia de nuestro ser. Los actos benévolos son superfluos. Los actos malignos son los que nos permiten saber de nuestra existencia.

Por eso pido a los señores y señoras del jurado que tengan en cuenta que mi cliente, mi amigo, no mató a toda esa gente, a toda esa nación por fama o riqueza, lo hizo porque solamentequería saber quién era. Puede parecer un acto egoísta pero nada más lejos de la realidad. Es un acto de valentía el reconocerse y quererse. Quiéranse, por favor. No hay nada de malo en eso. Solamente queriéndose podrán amar al prójimo.


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