El dinero llora, no tiene nadie quien le escriba. Asolado y cabizbajo promete paz y buen tiempo y se anima durante una fantástica temporada. Pero el dinero vuelve a llorar y su pena no espera a la eternidad. Así que el dinero ya no llora porque está sin su pena pero el mal aliento ha hecho acto de presencia en él. Para siempre
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